domingo, 6 de mayo de 2012

proyecto social de Carlinhos Brown


30 junio 2011 - 15:39 - Autor: José Antonio Ritoré

                                Carlinhos en marzo, en Salvador de Bahía. Foto: Carlinhos Brown
Durante un par de años (2004-2005) el cantante Antonio Carlos Santos de Freitas, más conocido como Carlinhos Brown, fue uno más de la familia: “tetete,tetete,tete…” sonaba a todas en la radio, en la televisión y hasta en la calle, celebrando “Carnavales” para Movistar o desfilando por aquel rutilante Forum de las Culturas.
Brown, 1962, nacido en la favela de Candeal, en Salvador de Bahía, comenzó a ser conocido internacionalmente a principios de los 90 con Timbalada el grupo de percusionistas que él mismo fundó, aumentó su popularidad con Tribalistas y, finalmente, se convirtió en superestrella con Maria Caipirinha.
Además, gracias a Fernando Trueba fuimos testigos del “Milagro de Candeal”, comprobamos cómo Carlinhos había convertido la favela, “su favela”, en un barrio en el que la música sonaba más fuerte que la violencia y en el que los niños tenían una oportunidad de escapar de las miseria gracias a Pracatum, la asociación/escuela de música fundada por el artista brasileño y por la que pasan cada año cientos de jóvenes.
El proyecto social de Carlinhos nació a mediados de los 90.  Cuando empezó a destacar como compositor y músico, la muerte de varios amigos en redadas policiales le convenció de que, gracias a la música, él podía seguir contándolo, así que decidió ayudar a sus vecinos, a los niños, a los habitantes de Candeal, compartiendo su pasión por la música, por el ritmo, por la percusión.
Ahora, sabemos que el proyecto social creado por el artista sigue muy vivo y que Pracatum, la escuela de música que fundó, la única de música popular de Brasil, forma, cada año,  a más de 1.000 jóvenes.
Carlinhos Brown, su música y su herencia social están muy vivos, dejemos que vuelva a colarse en nuestras vidas.

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